domingo, 29 de noviembre de 2015

El FILANDÓN de noviembre.


Historia entrañable de La Mata de Monteagudo-León, contada por Encarnación Álvarez  Gómez  abuela  de  Daniel Rodríguez Puente.



Yo soy de un pueblo llamado La Mata de Monteagudo, en la provincia de León. Cuando yo era muy pequeña, justo después de acabar la guerra civil, se presentó en el pueblo un muchacho muy joven que venía muy mal vestido y pedía comida o trabajo. Mi padre le mandó pasar a casa, le dio de comer y también ropa.

El muchacho era de Sama de Langreo ( en Asturias) y se llamaba Manuel Álvarez Terente. Se quedó con nosotros en casa varios años. En el pueblo aprendió a leer y a escribir e hizo la primera comunión.

Realizaba , como todos los de casa, las tareas del campo y con los animales. Mis hermanos y yo (en total seis ) le queríamos mucho, y él nos trataba como si fuera nuestro hermano mayor.

Se fue cuando tuvo que ir a la mili y todos lloramos mucho cuando, después de terminar la mili, vino al pueblo a despedirse para volver a Asturias.

Mi madre, de lo único que se quejaba, era de que, casi el mismo día que las estrenaba, rompía las alpargatas de esparto que ella había de coser de noche.

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